DESDE LA MISIÓN CON LOS EMPOBRECIDOS
(mujer, soltera, voluntaria en la Misiión en país empobrecido
Esa relación que hace Lucas a través del relato de la parábola me deja pensando en que al trabajar en el mundo pobre la angustia que se siente es no poder quitar todas las carencias, pero quizás la tarea no es tanto acabarlas (lo que es imposible) sino hacer signos de la presencia de Jesús, y esto siempre es posible, pues bien ¿qué cuentas podemos dar cada uno de nosotros?. Comprendo que en aquel tiempo un sirviente de confianza tenía la facultad de prestar lo de su amo con algunos intereses puesto que no recibía sueldo alguno sino más bien el beneficio de esos intereses, ahora asumo que este sirviente lo único que hizo fue sacrificar esos intereses usureros para luego beneficiarse de otra manera. Traslado eso a mi tiempo , a mi lugar y a mis circunstancias, ¿como me manejo yo en relación a lo que se me ha confiado?, ¿soy de fiar en lo menudo , en lo ajeno? Y es que en la misión no es precisamente dinero lo que se me confía sino algo más grande: vidas, confianza, la relación cercana , y ¿si no soy responsable como podré ser signo del reino?. Creo que cada uno de los cristianos estamos llamados a ser sirvientes hábiles pero en el sentido de saber administrar lo que es importante pues debemos tener presente siempre como responderemos cuando se nos pida el balance de nuestra gestión, de nuestras vidas , ¿soy realmente un cristiano o cristiana de fiar?, y ¿me la juego por servir a lo que realmente vale la pena?. Hagamos este análisis pero desde la conciencia de sabernos hijos amados del Padre, ¿Cómo responderemos?
Post a comment