DESDE LA POLÃTICA 25-03-2007
(hombre, casado, con un hijo, trabaja, milita en partido político, concejal electo, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
Que bien que lo hacen los de mi partido y que malos que son los otros. No hacen nada bien, roban, están enfrentando a todo el mundo, toman decisiones solo para unos pocos, etc., Esta sería una conversación normal y corriente, o un artículo de un periódico cualquiera. Lo cierto es que ninguno estamos “libre de pecado”. Sí, a mi no me cuesta reconocerlo. Estamos en plena campaña electoral para las elecciones municipales en España como bien sabéis. Ya comienzan a salir “trapos sucios” pero ¿saldrán los míos?. ¿Por qué juzgo si también yo tengo algo que callar?. Siempre andamos con el convencimiento de que nosotros estamos “limpios”, pues bien, si nos ponemos a investigar, algo se nos puede reprochar, seguro. No siempre actuamos como nos piden y no podemos olvidar que estamos ahí porque nos han puesto los demás, no porque hayamos accedido por oposición o a dedo. Cuando no cumplimos la voluntad del que nos eligió estamos fallando y en cualquier momento nosotros también podemos ser juzgados, la sabiduría está haciendo feliz al mayor número de gente, pues en política contentar a todo el mundo es algo dificilísimo, siempre se encuentran detractores y estos pueden tener como único motivo el ser de distinto partido político al tuyo.